Vascularización muscular y rendimiento

Entre las principales adaptaciones al entrenamiento de resistencia encontramos:
  • Aumento de la biogénesis mitocondrial.
  • Aumento de la angiogénesis.
  • Aumento de la oxidación de grasas.
  • Mejora del VO2max
  • Mejora de la EC.
  • Aumento de la densidad mineral ósea.
  • Aumento hormonal y sensibilidad de los tejidos diana.
  • Aumento de la señalización molecular.
Centrándonos en una en concreto, la angiogénesis, hay que decir que un elevado número de capilares puede elevar el tránsito de oxígeno y mover otras sustancias en favor del equilibrio, retrasando así la fatiga. Básicamente, mandan más O2, la sangre tiene que hacer un recorrido menor porque hay más carreteras y sacan la «basura metabólica». Por eso, es tan importante aumentar la densidad de los capilares. Esto ocurre también con el entrenamiento de fuerza, no obstante, recuerda que en un músculo más grande, a parte de ser más costoso y pesado, la distancia que la sangre tiene que recorrer es mayor, algo poco favorable desde el punto de vista de la resistencia. Lo más importante y a donde quiero llegar, es que incluso en esfuerzos de alta intensidad donde podríamos poner el foco en otras cualidades y adaptaciones, parece que una base aerobica fuerte, en la que se vayan consiguiendo tanto adaptaciones centrales básicas como periféricas, es fundamental.
¿Cuál es el mejor entrenamiento? Es una pregunta para la que no tengo respuesta pero si bastante pistas.

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