¿Podríamos llegar a cambiar nuestras fibras musculares a base de entrenar? Esta una pregunta difícil, y aunque es posible, en términos funcionales voy a citarte a Andersen y Aagaard:

«It is not possible to turn a donkey into a racehorse by means of exercise and training. Hardwork will, at the most, turn the donkey into a fast and explosive monkey».

Si no lo entiendes, te lo resumo en español:

– No se puede hacer de un burro un caballo de carreras. Entrenándolo será más rápido, pero seguirá siendo un burro.

Más que cambiar nuestras fibras, se puede decir y con complicados matices, que podemos moldearlas en una u otra dirección (de rápidas a lentas y viceversa). Y ahí, el entrenamiento ayuda.

Si hablamos de entrenamiento de fuerza y la conversión que este puede provocar, te diré que entrenar pesado puede disminuir la expresión de fibras IIx en favor de las IIa. También, va a aumentar la funcionalidad y el tamaño de aquellas que son fijas o no moldeables. Si nos vamos a deportes donde predomina la velocidad, puede que no interese demasiado generar un perfil de fibras intermedio o hipertrofiar fibras lentas con entrenamientos de larga duración, alto volumen y velocidades de ejecución controladas o moderadas. Lo más útil, sería optimizar el desarrollo de las fibras IIx utilizando medios de entrenamiento enfocados a tal fin. Por ejemplo, el entrenamiento balístico. No obstante, hay que mirar en el global y con perspectiva. En la mayoría de deportistas, especialmente los novatos, el engrosamiento de fibras más intermedias puede sumar mucho en según que fases. Es decir, que un músculo más grande en todo su abanico de fibras, es un músculo más potente. Ahora bien, en atletas ya más desarrollados es más probable que tengamos que especializarlos mucho más llevándolos hacia la búsqueda de un perfil claramente definido como ves la imagen. 

 

Para seguir profundizando en el tema mira este vídeo. Déjame tu opinión en los comentarios también si tienes alguna duda