Hasta los 30-35 años nuestros huesos están creciendo. Una vez que se ha alcanzado el pico máximo de masa ósea esta empieza a perderse, siendo más evidente este descenso en las mujeres. Se sabe desde hace más de 15 años, que las mujeres pierden un 35% del hueso cortical y un 50% del hueso trabecular con la edad, siendo la pérdida un tercio menor en los hombres (2). Por lo tanto, objetivos fundamentales deberían ser:
- Aumentar la masa ósea lo máximo posible hasta los 30 años.
- Intentar mantenerla en la medida de lo posible a partir de esa edad.
Por otra parte, sabemos que el entrenamiento de fuerza, es un gran aliado contra los efectos de la edad. Por eso, o dudamos que cada vez hay más conciencia respecto al entrenamiento de la fuerza y en especial en las mujeres. Aun así, seguimos observando cómo ciertos clichés siguen muy arraigados y un miedo irracional hacia el trabajo con pesas.
Al igual que pasa con otro tipo de adaptaciones al ejercicio, la intensidad, más que la duración del ejercicio es la variable más determinante. Aunque se necesitan estudios más controlados y concluyentes, el esqueleto se adapta al estímulo adecuado. En conjunto, parece que el ejercicio necesita una duración y una intensidad mínima, y posiblemente se relacione mucho con el modo en que se lleve a cabo, por ejemplo con impactos (1).
Referencias bibliográficas:
- Vicente G, Mesana I, López J. El sistema esquelético y sus articulaciones. En: Biomecánica y bases
neuromusculares de la actividad física y el deporte. Madrid Panamericana; 2008. - Wilmore JH. The aging of bone and muscle. Clinics in sports medicine. 1991 Apr;10(2):231-44. PubMed PMID: 1855258. Epub 1991/04/01. eng.