Nuestra columna vertebral está compuesta por un total de cuatro divisiones o curvas, tres de ellas con una mayor movilidad que la cuarta, siendo esta el sacro. En nuestro crecimiento, la columna vertebral va modificando sus curvaturas en consecuencia de las demandas físicas a la que la sometemos. Estas actúan como un todo, donde las modificaciones que se producen en un sector, suele ser compensado por el resto de la columna. Si no recuerdas cuáles son las curvaturas que conforman la columna vertebral, puedes observarlas en la siguiente ilustración obtenida de Kapandji (1), de su obra Fisiología Articular.

Si nos centramos en el raquis torácico superior y su relación con el la parte cervical, podemos apreciar una importante asociación con las lesiones del hombro. Es decir, que la posición conocida como la cabeza adelantada y los hombros redondeados no es la más idonea para la salud glenohumeral. La cuestión es… ¿Qué o cuanto significa una mala postura?  Para saberlo, os presento un método sencillo que podéis realizar para analizar hasta qué punto vuestra postura es la correcta a nivel torácico-cervical, para ello localizaremos los siguientes puntos anatómicos:

 

Estos puntos anatómicos podéis verlos en la imagen inferior.

 

 

Una vez que hemos localizado estos puntos, y los hemos señalado con una pequeña marca, podemos emplear una aplicación para el móvil, como la siguiente:

Con esta aplicación podéis marcar líneas entre estos puntos y ver el ángulo existente entre ellos.

 

Una vez que hemos realizado nuestra foto, debemos calcular los siguientes ángulos, el primero de ello es el Forward head angle (FHA) o lo que podemos traducir como el ángulo de la cabeza adelantada, para ello calcularemos el ángulo formado por línea vertical que pasa a la altura de la apófisis espinosa de C7 y el tragus de la oreja.

 

 

 

El segundo ángulo que vamos a calcular es el Forward shoulder angle (FSA), este es el ángulo formado entre la
apófisis espinosa de C7 y el acromion.

 

 

 

 

Siguiendo los datos de referencia aportados por Thigpen et al (2),  de tal forma que una postura con la cabeza adelantada y los hombros redondeados seria aquella en los que los ángulos son superiores a los siguientes:

 

Siendo los la postura ideal aquellos ángulos que se encuentran por debajo de:

 

Ahora bien, estos valores solo son válidos siempre y cuando el contexto que rodea a estos puntos de referencia responda a unos valores adecuados, en este caso debemos tener presente el raquis torácico, el cual si supera los 50° de flexión, invalidará las referencias citadas anteriormente.

 

A continuación os dejamos un ejemplo, donde podéis ver cómo hemos aplicado todo el protocolo de medición, y si tenéis cualquier duda recordad que en los comentarios podemos solucionarla.

 

Por último, os dejamos una breve reflexión, si nos paramos a ver nuestro día a día, llegaremos a la conclusión de que la mayoría de las acciones se producen delante de nosotros, esto proporciona una mayor demanda a la cadena anterior que a la posterior, a la vez que si cuando entrenamos le damos mayor importancia a la parte anterior que a la posterior, incrementaremos este desequilibrio postural.